Del 1 al 7 de agosto se la semana mundial de la lactancia materna, donde más de ciento setenta países participan en dicha conmemoración con el objetivo de fomentar la alimentación de los bebés con la leche del seno materno para tener un crecimiento y desarrollo saludable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia natural como un método exclusivo de nutrición durante los primeros seis meses de vida, posteriormente se aconseja seguir con la lactancia como complemento hasta los dos años de la niñez como mínimo.
Cuando una mujer tiene escasez de leche, generalmente se debe al estrés, fatiga o el bajo consumo alimenticio y líquidos. Las causas más comunes de leche escasa son: tomas poco frecuentes y /o problemas de afianzamiento o postura del bebé al amamantar. Generalmente ambos problemas se deben a la incorrecta información que recibe la madre del lactante.
Asimismo los problemas de succión del niño pueden afectar negativamente la cantidad de leche producida.
Los especialistas mencionan que es prácticamente imposible que una madre no tenga la capacidad para producir leche, pues el cuerpo humano ha desarrollado mecanismos de supervivencia para proteger al lactante en tiempos de hambruna y así como cualquier otra cría mamífera, el bebé tiene control de la cantidad de leche que debe producir su madre.
Es necesario respetar la demanda del bebé; es decir, dejar que tome leche todas las veces que lo necesite asegurando la correcta posición al pecho.
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