Estados Unidos / ciberpasquinero
En torno a las 3 de la madrugada, este piloto condecorado (había servido en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea) tomó prestado un avión monomotor de la Escuela de Aeronáutica de Teterboro, en Nueva Jersey, y lo despegó sin luces, sin contacto por radio y en estado de embriaguez.
Su objetivo era aterrizar en el campo de fútbol de la Escuela Secundaria George Washington, pero no estaba iluminado por la noche.
Lo hizo finalmente en la avenida St. Nicholas, cerca del cruce con la calle 191. tuvo que pagar una multa de 100 dólares por violar el código administrativo de la ciudad de Nueva York (que prohíbe aterrizar un avión en plena calle).
El castigo no impidió que, dos años más tarde, Thomas Fitzpatrick repitiera la hazaña.
El segundo vuelo tuvo lugar un 4 de octubre, recién pasada la medianoche. Fitzpatrick volvió a robar una avioneta borracho en Teterboro y, sin licencia de vuelo.
Según explicó él mismo a la policía, lo había vuelto a hacer porque el dueño de un bar que frecuentaba se negaba a creer que la historia del primer vuelo fuera cierta.
La excusa sirvió de poco y un juez lo sentenció a seis meses de cárcel.
“Si te hubieran dado una buena sacudida la primera vez, es posible que esto no hubiera ocurrido por segunda vez”, dijo el magistrado. ya sabes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario