Según este trabajo, publicado en BioScience, dichos fondos, que apenas aparecen citados en publicaciones científicas, pueden ofrecer información sobre las especies naturalizadas no recogida por los grandes museos científicos.
“En este trabajo hemos usado al lince ibérico como modelo para estudiar la importancia de estas colecciones históricas, que normalmente pasan desapercibidas, y las hemos comparado con las colecciones de grandes museos científicos.
Nuestro objetivo ha sido evaluar la necesidad de preservarlas, ya que con el paso del tiempo muchas se pierden, y con ellas desaparece también información sobre la especie que podría ser valiosa, como, por ejemplo, ADN que permita estudiar cómo eran las poblaciones en el pasado”, explica la investigadora del CSIC Mireia Casas, de la Estación Biológica de Doñana.
Según este estudio, las colecciones pequeñas y los fondos privados cubren franjas espaciales y temporales mayores que los grandes museos científicos, “posiblemente porque los grandes museos científicos centraron sus estudios en ciertas áreas y ciertos periodos”, comenta la investigadora. Desaparición de especímenes
Tras analizar las colecciones de historia natural de 14 grandes museos de Europa y Estados Unidos, 23 museos menores y 75 fondos privados en España y Portugal, los investigadores contabilizaron 466 especímenes de lince ibérico.
Para evitar esta pérdida del potencial material científico, los investigadores proponen la creación de protocolos para localizar, legalizar y conservar los especímenes, así como la información asociada a ellos.
“Creemos que debería considerarse la inclusión de esos ejemplares naturalizados en las bases de datos digitales y en las propias colecciones de los grandes museos científicos dónde se asegure su perpetuidad en el tiempo”, concluye la investigadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario