Ban Ki-moon señaló además que los conflictos violentos en muchas partes del mundo a menudo tienen su origen en profundas desigualdades, en comportamientos discriminatorios y en entornos con una pobreza muy extendida.
“La experiencia muestra que el crecimiento económico por sí mismo no es suficiente. Tenemos que hacer más para fortalecer a los individuos mediante un trabajo decente, apoyar a la gente a través de la protección social y garantizar que se escucha a los pobres y a los marginados”, subrayó Ban en su mensaje.
Por su parte el Presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe, llamó a la comunidad internacional, con motivo de este Día, “a reconocer que los principios de la igualdad y de la justicia social son esenciales para las relaciones internacionales”.
Ashe explicó que desde que los líderes mundiales adoptaron la Declaración del Milenio, hace 14 años, en la que se comprometieron a crear un mundo más justo, seguro y sostenible, se han conseguido relevantes avances, incluido en el objetivo de reducir a la mitad la cifra de personas que viven en la extrema pobreza.
También, más de 2.100 millones de personas tienen hoy un mejor acceso a agua potable; ha descendido del 23,2% al 14,9% la proporción de gente en países en desarrollo aquejada de desnutrición.
También se ha progresado en la atención médica y educativa y en llegar a una igualdad de género.
El presidente de las Asamblea General manifestó no obstante que hay que redoblar los esfuerzos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en la agenda de desarrollo sostenible posterior a 2015, en la que la erradicación de la extrema pobreza y la justicia social son asuntos centrales.
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