Elegantes y sonrientes, el príncipe heredero Felipe y su esposa Letizia fueron abucheados el jueves a su llegada a la ópera de Barcelona, una muestra más de una pérdida de popularidad de la monarquía que despierta en España el debate sobre la república.
La investigación al yerno del rey Juan Carlos por presunta corrupción; un viaje a Botsuana para cazar elefantes mientras el país se hundía en la recesión, los interrogantes sobre el patrimonio del monarca... "están dando lugar a la reactivación de un debate que hace muchos años que no se daba realmente: el de la república", dice a la AFP Fermín Bouza, profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid.
"Ha llegado el momento de hablar en serio de una consulta popular, de un referéndum en España, para ver si los españoles queremos tener un jefe del Estado eterno y permanente, independientemente de lo que haga", lanzaba recientemente el líder de la coalición ecologista-comunista Izquierda Unida (IU), Cayo Lara.
Con gritos de "España, mañana, será republicana", miles de personas manifestaron en Madrid en el 82º aniversario de la proclamación, el 14 de abril de 1931, de la Segunda República española, finiquitada con la Guerra Civil (1936-1939) y la dictadura franquista (1939-1975).
Además de por IU y los independentistas catalanes y vascos, la idea de la república es defendida por "la derecha más dura, que le reprocha al rey haber contemporizado excesivamente con la izquierda", explica José Antonio Zarzalejos, exdirector del diario conservador ABC.
Designado por Franco para sucederle tras su muerte, Juan Carlos jugó un papel clave en la transición a la democracia y por eso "la gente no acaba de confrontarse con la monarquía", considera Bouza. "Pero no le faltan ganas de hacerlo ya", puntualiza.
Y es que a diferencia de países como Gran Bretaña, donde "la Corona está dentro mismo de la idea de país", en España "no hay un sentimiento monárquico" arraigado históricamente, considera José Varela Ortega, presidente de la Fundación Ortega y Gasset.
"La mayoría de la ciudadanía española no es ni monárquica ni republicana, considera que son formas de gobierno y de una manera pragmática le parece que si funciona una o la otra cualquiera de las dos está bien", explica este historiador, nieto del gran filósofo español.
"España ha tenido muchas monarquías", recuerda Bouza. "Pero nunca han sido demasiado próximas a la población, fueron monarquías a la fuerza", dice.
Así, desde la llegada de la dinastía francesa de los Borbón en 1700, el apoyo a los reyes ha sido volátil, señala Zarzalejos. "Ha habido Borbones que han tenido épocas de popularidad y épocas de denigración", recuerda.
"Fernando VII fue un rey deseado en 1808" tras la expulsión de José Bonaparte, impuesto en el trono por su hermano Napoleón, "pero terminó siendo un rey felón", que derogó la Constitución liberal de 1812 y restauró el absolutismo, dice.
Y Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos, provocó desconfianza cuando tras "conducir muy bien la alternancia entre liberales y conservadores" en el gobierno durante años, apoyó en 1923 la dictadura del militar Miguel Primo de Rivera, agrega.
Entonces, "la explosión de republicanismo en las ciudades era algo que estaba cantado, que se veía venir", considera Bouza. Y "en cualquier momento puede volver a ocurrir", advierte, porque "en España la república siempre ha estado unida a reivindicaciones sociales".
Sin embargo, ninguno de los dos grandes partidos, el conservador PP, en el poder, y el socialista PSOE, entraron en el debate, por lo que éste no debería fructificar de momento, coinciden los tres expertos.
Si el rey Juan Carlos abdica, como le piden algunos, en su hijo Felipe, de 45 años, quien, pese a incidentes como el de Barcelona, recibe en los sondeos una apreciación positiva.
AFP.com
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