El misterio y la expectación rodeaban este sábado la aparición pública del australiano Julian Assange, anunciada para el domingo a las 13h00 GMT "delante" de la embajada de Ecuador en Londres, el mismo día en que se cumplirán dos meses del encierro del fundador de WikiLeaks.
El número 2 de la organización, Kristinn Hrafnsson, no quiso dar detalles sobre la intervención de Assange aludiendo a "razones de seguridad".
"No puedo dar detalles de cómo se llevará a cabo", explicó Hrafnsson este sábado en declaraciones por teléfono a la AFP.
El viernes, Wikileaks, la página web que reveló miles de cables secretos de Estados Unidos, anunció que su fundador Julien Assange haría una aparición pública en la embajada, donde está refugiado desde hace dos meses huyendo de la justicia británica, que quiere extraditarlo a Suecia.
"ANUNCIO: Julian Assange hará una declaración en directo ante la embajada de Ecuador, domingo 14h00 (13h00 GMT)", explicó la organización en un mensaje en Twitter.
Pero cuando faltan menos de 24 horas para el evento, poco o nada se sabe de qué forma tomará la declaración de Assange.
El australiano de 41 años es consciente de que si pone un pie fuera del edifico se expone a ser detenido por la policía británica y extraditado luego a Suecia, donde la justicia le reclama para interrogarle en un caso de presuntos delitos sexuales.
"Estamos al corriente de esta posibilidad (de que Assange salga del edificio). Actuaremos de manera apropiada en función de lo que ocurra" declaró a la AFP una portavoz de la policía londinense, que tiene a varios agentes destacados frente a la legación.
Partes comunes
Assange podría optar por ejemplo por hablar en las escaleras, aunque el ministerio de Relaciones Exteriores británico indicó a la AFP que las partes comunes del edificio, incluyendo el vestíbulo, están consideradas como territorio británico, por lo que el australiano podría ser detenido.
Otra posibilidad sería salir al balcón o incluso que Assange apareciera en una televisión que retransmitiría su mensaje en directo desde el interior de la embajada, como aseguraba este sábado el tabloide inglés Daily Mail.
En todo caso, y a la espera de la declaración de Assange, un puñado de manifestantes seguían este sábado delante de la legación ecuatoriana, vigilados discretamente por la policía y ante la presencia expecante de numerosos periodistas.
El caso Assange reforzó el jueves todavía un poco más su dimensión de conflicto diplomático internacional cuando Ecuador decidió concedere asilo, algo que según el Reino Unido "no cambia nada" en su voluntad de extraditarle, por lo que su resolución podría alargarse varios meses.
El fundador de Wikileaks teme que una vez en Suecia pueda ser extraditado a Estados Unidos y luego juzgado por traición.
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