Estados Americanos (OEA) por medio del cual apoyará financieramente el
programa de asistencia a las victimas de minas antipersonal en Ecuador y
Perú, que desarrolla la OEA con especial dedicación. Dicha contribución
ayudará en los esfuerzos para prolongar el control de ambos países sobre
sus programas de desminado y alcanzar el objetivo de completarlos para
el año 2017, de conformidad con los compromisos adquiridos bajo la
Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal.
Durante la firma del acuerdo, que tuvo lugar en la sede diplomática de
Bélgica en Washington, DC, el Secretario General de la OEA, José Miguel
Insulza, resaltó que el programa de minas antipersonal "es uno de los
más importantes y reconocidos" de la Organización y mencionó los avances
que se han logrado en dicha área, principalmente en los países
centroamericanos. "Recientemente celebramos en Nicaragua el éxito que
hemos tenido con los países de Centroamérica, que fue declarada hace un
par de años como zona libre de minas antipersonal", dijo.
El Secretario General reconoció el apoyo recibido por parte de los
Países Miembros y Observadores Permanentes ante la Organización y
recordó que, a pesar de los logros, "aún quedan retos pendientes,
especialmente en los países del cono sur, en las fronteras de Chile con
Bolivia y Perú".
El Observador Permanente de Bélgica ante la OEA, Embajador Jan
Matthysen, recordó en la ceremonia los esfuerzos diplomáticos y
programáticos que su país ha realizado desde hace varios años en apoyo a
la erradicación de las minas antipersonal en varios países del mundo, y
recordó las implicaciones sociales y económicas de este flagelo.
"Bélgica ha empeñado sus esfuerzos en promover la Convención de Ottawa y
en hacer frente a esta problemática a nivel mundial". "La asistencia a
las víctimas y la rehabilitación de niños, jóvenes y adultos jóvenes
heridos forma parte de este propósito", aseguró.
El diplomático belga destacó que la firma del acuerdo "no es sólo una
oportunidad para poner de relieve el tema de las minas antipersonal,
sino también para enfatizar la importancia de estrechar aún más los
lazos de Bélgica con América Latina y con la OEA", concluyó el
representante del país europeo, que desde que se convirtió en 1972 en
Observador Permanente ha dedicado gran parte de su cooperación con la
OEA al apoyo del Programa de Acción Integral contra las Minas
Antipersonal (AICMA).
En las últimas dos décadas la OEA ha desempañado un papel clave en los
esfuerzos por la eliminación de las minas antipersonal en el Hemisferio
Occidental. El programa sobre la materia comenzó enfocado hacia
Centroamérica y se extendió pronto al resto de países del continente
donde este tipo de municiones representan aún una amenaza. Su
contribución fue decisiva para que en 2010 Centroamérica pudiese ser
declarada una subregión libre de minas, un hito que representa más que
un logro importante en la promoción de los objetivos de paz y seguridad
en las Américas.
El aspecto distintivo del AICMA es su carácter eminentemente
humanitario, y a través de dicho programa se busca restablecer las
condiciones de vida y la confianza de los ciudadanos, reducir la amenaza
y el peligro provocados por artefactos explosivos y minas antipersonal,
y recuperar el uso de las tierras afectadas para actividades
productivas. Se trata de un programa multilateral en el cual, además de
los países apoyados, participan en el esfuerzo un número considerable de
donantes y naciones contribuyentes, organizaciones internacionales y
entidades no gubernamentales.
programa de asistencia a las victimas de minas antipersonal en Ecuador y
Perú, que desarrolla la OEA con especial dedicación. Dicha contribución
ayudará en los esfuerzos para prolongar el control de ambos países sobre
sus programas de desminado y alcanzar el objetivo de completarlos para
el año 2017, de conformidad con los compromisos adquiridos bajo la
Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal.
Durante la firma del acuerdo, que tuvo lugar en la sede diplomática de
Bélgica en Washington, DC, el Secretario General de la OEA, José Miguel
Insulza, resaltó que el programa de minas antipersonal "es uno de los
más importantes y reconocidos" de la Organización y mencionó los avances
que se han logrado en dicha área, principalmente en los países
centroamericanos. "Recientemente celebramos en Nicaragua el éxito que
hemos tenido con los países de Centroamérica, que fue declarada hace un
par de años como zona libre de minas antipersonal", dijo.
El Secretario General reconoció el apoyo recibido por parte de los
Países Miembros y Observadores Permanentes ante la Organización y
recordó que, a pesar de los logros, "aún quedan retos pendientes,
especialmente en los países del cono sur, en las fronteras de Chile con
Bolivia y Perú".
El Observador Permanente de Bélgica ante la OEA, Embajador Jan
Matthysen, recordó en la ceremonia los esfuerzos diplomáticos y
programáticos que su país ha realizado desde hace varios años en apoyo a
la erradicación de las minas antipersonal en varios países del mundo, y
recordó las implicaciones sociales y económicas de este flagelo.
"Bélgica ha empeñado sus esfuerzos en promover la Convención de Ottawa y
en hacer frente a esta problemática a nivel mundial". "La asistencia a
las víctimas y la rehabilitación de niños, jóvenes y adultos jóvenes
heridos forma parte de este propósito", aseguró.
El diplomático belga destacó que la firma del acuerdo "no es sólo una
oportunidad para poner de relieve el tema de las minas antipersonal,
sino también para enfatizar la importancia de estrechar aún más los
lazos de Bélgica con América Latina y con la OEA", concluyó el
representante del país europeo, que desde que se convirtió en 1972 en
Observador Permanente ha dedicado gran parte de su cooperación con la
OEA al apoyo del Programa de Acción Integral contra las Minas
Antipersonal (AICMA).
En las últimas dos décadas la OEA ha desempañado un papel clave en los
esfuerzos por la eliminación de las minas antipersonal en el Hemisferio
Occidental. El programa sobre la materia comenzó enfocado hacia
Centroamérica y se extendió pronto al resto de países del continente
donde este tipo de municiones representan aún una amenaza. Su
contribución fue decisiva para que en 2010 Centroamérica pudiese ser
declarada una subregión libre de minas, un hito que representa más que
un logro importante en la promoción de los objetivos de paz y seguridad
en las Américas.
El aspecto distintivo del AICMA es su carácter eminentemente
humanitario, y a través de dicho programa se busca restablecer las
condiciones de vida y la confianza de los ciudadanos, reducir la amenaza
y el peligro provocados por artefactos explosivos y minas antipersonal,
y recuperar el uso de las tierras afectadas para actividades
productivas. Se trata de un programa multilateral en el cual, además de
los países apoyados, participan en el esfuerzo un número considerable de
donantes y naciones contribuyentes, organizaciones internacionales y
entidades no gubernamentales.
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