Carolina Mallol (ULL) durante las excavaciones en Austria
Según una investigación internacional y multidisciplinar publicada
ayer, lunes 22 de septiembre, en la revista Proceedings of the
National Academy of Sciences, el Homo Sapiens se asentó en Europa
Central hace 43.500 años, lo que significa que los primeros humanos
modernos y los neandertales pudieron coexistir en Europa durante
varios miles de años.
Es la conclusión tras analizar unas herramientas de piedra halladas en
el yacimiento austríaco de Willendorf.
La investigación ha sido dirigida por Philip Nigst, arqueólogo y
profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de
Cambridge e investigador del Instituto Max Planck. Participaron en la
publicación diez investigadores internacionales, entre ellos Carolina
Mallol, investigadora Ramón y Cajal adscrita a la sección de Geografía
e Historia de la Facultad de Humanidades de la universidad de La
Laguna, quien también colabora con el Instituto de Bio-Orgánica de la
ULL.
Hasta hace poco, la paleontología y la arqueología trabajaban en una
sola línea de investigación basada en el análisis de herramientas,
restos humanos, dataciones, etc.
Pero en la actualidad se hacen estudios interdisciplinares que
implican a muchos especialistas y que permiten llegar a conclusiones
mucho más completas, explica en declaraciones a Efe la coautora del
estudio Carolina Mallol, de la Universidad de La Laguna (Tenerife).
Carolina Mallol ha detallado esta nueva aproximación
multidsiciplinaria: "en este trabajo, por ejemplo, hemos analizado
unas piedras de 43.500 años de antigüedad que pertenecen a la cultura
auriñaciense -una industria asociada al Homo Sapiens Sapiens-, pero
también hemos estudiado su contexto paleoambiental", es decir, el
entorno medioambiental que rodeaba a estos individuos.
Antes de esta investigación, se creía que los humanos modernos habían
llegado a esa parte del continente mucho más tarde, hace 30.000 o
40.000 años", cuando ya estaba extinguido el neandertal.
Sin embargo, Mallol explica que las herramientas documentadas en este
yacimiento prueban que su llegada es más antigua de lo que se suponía,
y que, por lo tanto, probablemente coexistieran con los neandertales
en alguna región del continente europeo, pues los restos más recientes
de estos homínidos en la zona están datados en torno a 42.000 años.
El director del proyecto, Philip Nigst, subraya que en Willendorf, se
ha podido fechar el Auriñaciense antiguo en 43.500 años, un poco antes
que en otros lugares, lo cual se solapa con la datación de otros
restos neandertales.
Junto al estudio de las piedras, los científicos han analizado el
suelo en el que se hallaron y han reconstruido el clima de la zona.
Esta parte del trabajo, desarrollada en la Universidad de La Laguna,
ha constatado que estos hombres vivían en un clima frío en un entorno
estepario, con algunas coníferas.
"Al estudiar el suelo y los moluscos -que son sensibles a la humedad y
a los cambios de temperatura-, hemos encontrado evidencias de suelos
sometidos a hielo y deshielo estacional, y alternancias con periodos
de sedimentación eólica sin cobertura vegetal, lo que demuestra que
vivían en condiciones bastante frías, de estepa", precisa Mallol.
Conocer el clima en el que vivían estos homínidos no es una
curiosidad, sino "un dato empírico que además demuestra la capacidad
de los sapiens a adaptarse a entornos hostiles y fríos como este" y
que esta especie, aunque procedía de África y del sur de Europa,
"estaba bien adaptada" al clima frío, concluye la investigadora.
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