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viernes, 3 de octubre de 2014

El Papa abre su primer sínodo en medio de divisiones sobre el modelo de familia

Obispos asisten a una misa al finalizar el sínodo de 2012, en basílica de San Pedro del Vaticano, donde hablaron de los caminos para promover una "nueva evangelización"

Desde su elección y entronización, el papa Francisco es motivo de polémica diaria, ya sea por ser del Nuevo Mundo, o por ser argentino, por gustarle el futbol y su acrecentado nacionalismo político, pero más que nada, nadie puede dudar de que tiene valor para enfrentar los problemas de frente y tomar al toro por los cuernos.
El papa Francisco abre el domingo en el Vaticano su primer sínodo de obispos, marcado por las tensiones y divisiones ante los cambios del modelo de familia y la propuesta de dar la comunión a los divorciados que se vuelven a casar.
Durante quince días, del 5 al 19 de octubre, unos 300 prelados, entre cardenales y arzobispos de todos los continentes, debatirán a puerta cerrada sobre 'Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización', según el título del encuentro. La asamblea fue fijada al término de una consulta mundial sobre la evolución de la familia, lanzada por el papa argentino pocos meses después de su elección en marzo del 2013.
A través de un cuestionario enviado a los obispos en el que se abordaban temas tabúes como el matrimonio homosexual, las parejas de hecho, el divorcio y la comunión para los divorciados que se vuelven a casar, el Papa instaba a la iglesia a debatir y a abrirse a los cambios que el modelo de familia está atravesando. 

Dudas
Sin embargo, el hecho de que varios países hayan enviado a sus representantes más conservadores, como ocurre con España, y que un grupo de cinco cardenales se rebelara en septiembre contra la posibilidad de otorgar la comunión a los católicos divorciados que se vuelven a casar, despierta dudas sobre la posible introducción de cambios importantes.
"En un lado están los que temen que las aperturas de carácter moral terminen por generar el derrumbe del edificio de la doctrina católica, y por otro lado están los que esperan importantes novedades, quienes podrían salir decepcionados".
Después del sínodo extraordinario, el Papa ha programado para 2015 un sínodo ordinario, durante el cual la Iglesia Católica podría adoptar medidas específicas, fruto de la mediación entre sectores. Las expectativas en los dos campos son altas y no se excluye que la jerarquía de la Iglesia termine por reiterar el valor de la familia tradicional y condene el llamado "divorcio católico".
El aumento de los divorcios, de las familias monoparentales, de la convivencia extramatrimonial y de las uniones entre personas del mismo sexo está cambiando el modelo de familia, y por ello el papa argentino quiso convocar el sínodo.

Los numerosos católicos que viven hoy en día "por fuera de las reglas" preocupa a la Iglesia liderada por Francisco, que en numerosas ocasiones ha instado a "acogerlos" y a evitar "excluirlos".
Ante fenómenos tan amplios como la convivencia 'ad experimentum' (experimental), las uniones libres de hecho, sin reconocimiento ni religioso ni civil y los casos de separados y divorciados que se vuelven a casar, la respuesta de Francisco podría ser decepcionante, según algunos observadores de asuntos vaticanos.
"La división de los cristianos es obra del diablo", adelantó Francisco el miércoles en un 'tuit'.

Polémico hasta las cachas
Si bien Francisco instó a un debate "sereno y abierto", el enfrentamiento entre progresistas y conservadores sobre el asunto se inició con antelación, a través de los medios de comunicación y hasta de casas editoriales.
La propuesta del pontífice argentino de examinar la posibilidad de conceder la comunión a los divorciados que se vuelven a casar despertó el avispero del sector más conservador, liderado por el influyente prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Ludwig Müller. En un libro firmado por Müller y otros cuatro cardenales, se defiende la "indisolubilidad" del matrimonio católico, y en resumen se cierra la puerta a los católicos divorciados que quieren acceder al sacramento de la comunión.
El hecho de que el libro haya sido lanzado semanas antes del inicio del sínodo extraordinario fue considerado una operación mediática para frenar la idea del papa jesuita.
El otro bloque, el progresista, está representado por otro cardenal alemán, William Kasper, a quien Francisco elogió públicamente durante uno de sus primeros ángelus en la plaza de San Pedro.
Kasper también publicó un libro-entrevista con el título 'La esperanza de la familia', prologado por el cardenal español Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo emérito de Pamplona, en el que propone que se permita comulgar a los divorciados que se hayan vuelto a casar con la condición de que cumplan un período de penitencia, como ocurre en la iglesia ortodoxa.
"Todo pecado puede ser absuelto. Así que no es imaginable que un ser humano pueda caer en un limbo del que Dios no lo pueda salvar", explicó en una entrevista Kasper. La esperanza de esos católicos es que se apruebe un reglamento excepcional en nombre de la "misericordia".

Dato
En un artículo publicado recientemente por el diario La Stampa, el cardenal italiano Angelo Scola propone que se facilite el procedimiento para la anulación de los matrimonios, que es demasiado lento, complicado y costoso. Una opción que no todos comparten dentro de la Iglesia, pero que podría ser una solución de compromiso entre las partes, según varios observadores del Vaticano.
 

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