Los líderes estudiantiles de las protestas en Hong Kong abrieron este domingo la puerta a dialogar de nuevo con el gobierno local, después de que decenas de miles de manifestantes prodemocracia se concentraran en el centro de la ciudad para denunciar los ataques cometidos contra ellos.
El principal sindicato estudiantil de Hong Kong, que suspendió estas negociaciones por la inacción de la policía durante los enfrentamientos del viernes, dijo que se reunirá con el gobierno a condición de que responda sobre la actuación de la policía ese día.
"El gobierno debe mostrar su compromiso en la investigación de los hechos (...) y dar una explicación a la opinión pública tan pronto como sea posible", dijo la Federación de Estudiantes de Hong Kong (HKFS), en referencia a las acusaciones de colusión entre las autoridades y la organizaciones criminales de las "triadas", mafia china.
Las autoridades hongkonesas negaron firmemente el sábado que el gobierno hubiera recurrido a las "triadas" para hostigar a los manifestantes. "Estas acusaciones son fabricadas y muy excesivas", dijo el secretario de Seguridad de Hong Kong, Lai Tung-Kwok.
"Mientras el gobierno responde a lo anterior, los estudiantes están dispuestos a hablar de nuevo".
Los manifestantes exigen que Pekín levante sus restricciones al sufragio universal en esta excolonia británica devuelta a China en 1997, un territorio que goza de más libertades políticas que el resto del país, como la libertad de expresión y de manifestación.
En agosto, el gobierno central anunció que la elección del líder del ejecutivo hongkonés en 2017 será por sufragio universal, pero sólo podrán presentarse dos o tres candidatos designados por un comité leal a Pekín. Para los activistas prodemocracia, esta condición es inaceptable.
Cuando el movimiento de protesta llegaba a su séptima noche, decenas de miles de hongkoneses se congregaban pacíficamente en el barrio de Admiralty, cerca de la sede del poder de la ex colonia británica.
Pero delante de la isla de Hong, en Mong Kok, barrio comercial y muy densamente poblado, volvió a subir la tensión. Unos manifestantes rodearon a policías, acusándolos de haber cooperado con miembros de las triadas, la mafia china, según periodistas de la AFP en el lugar. La policía replicó con gases pimienta.
Los violentos disturbios del viernes, en dos de los distritos comerciales más concurridos de Hong Kong, terminaron con la detención de 19 personas, ocho de ellas sospechosas de tener vínculos con las "triadas".
Estas organizaciones criminales son sospechosas de tener vínculos con el poder político y fueron acusadas en el pasado de ser contratadas para desbaratar manifestaciones.
"El gobierno ha utilizado a bandas criminales, incluso a las triadas, en un intento de dispersar a los ciudadanos".
Al caer la noche, decenas de miles de personas gritaban "¡Paz!" y "¡Antiviolencia!" en el centro de la ciudad, cerca de la sede del gobierno, donde los manifestantes acampan desde hace siete días.
"Los sentimientos están a flor de piel esta noche. (...) La gente está muy tranquila, a diferencia de otros países donde se queman cosas y se destruyen vehículos", dijo Chris Ng, manifestante de 36 años.
La actuación de la policía también estaba presente en la manifestación. "La policía utilizó gases lacrimógenos y gas pimienta contra estudiantes pacíficos. Pero, ¿porque no se usan los gases lacrimógenos y el gas pimienta contra aquellos que nos atacan?", preguntó desde un altavoz Lau Tung-kok, entre aplausos de la multitud.
"Sueñan despiertos"
Pekín ha acusado a los activistas prodemocracia de desestabilizar Hong Kong. En un editorial, el Diario del Pueblo, órgano de comunicación del gobernante Partido Comunista Chino, dijo el sábado que los manifestantes "sueñan despiertos" con la perspectiva del cambio.
El sábado se registraron también pequeñas concentraciones de personas en apoyo a la policía y al gobierno de esta ciudad, donde las manifestaciones suponen un duro peaje para las empresas locales.
En un discurso televisado el sábado por la noche, el jefe del ejecutivo local, Leung Chung-ying, dijo que limpiaría las calles de manifestantes el lunes, con la vuelta al trabajo semanal.
El temor a las intimidaciones reemplazaba el sentimiento festivo que prevaleció durante días entre los manifestantes. Las noticias sobre agresiones sexuales alteraron el estado de ánimo de estas protestas, cuya atmósfera civilizada fascinó a todo el mundo.
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