El primer papa latinoamericano, Francisco, recibirá por primera vez el jueves en el Vaticano al primer presidente afroamericano de Estados Unidos, Barack Obama, dos líderes mundiales que quieren ser identificados con la paz y la lucha a la pobreza y la desigualdad.
Obama será recibido por el Papa en el marco de una delicada gira que el presidente estadounidense celebra en Europa y Arabia Saudí y que ha estado dominada por la crisis de Ucrania y las negociaciones sobre el nuclear con Irán.
Francisco y Obama figuran entre las dos personalidades más populares de las redes sociales, con millones de seguidores y la idea de que se reúnan por primera vez despierta esperanzas en algunos sectores, sobre todo entre los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, la mayoría católicos, que ven en Francisco un portavoz.
La reunión se celebra pocos días antes de que la conferencia episcopal estadounidense celebre una visita oficial a la controvertida frontera con México dentro de la campaña a favor de una reforma de la legislación migratoria que afecta a unos 11 millones de inmigrantes ilegales y en medio de las polémicas por las deportaciones.
Según portavoces de la Casa Blanca, Obama desea hablar con el pontífice del "compromiso común para combatir el aumento de las desigualdades", tema recurrente en los discursos del mandatario afroamericano y en los del pontífice argentino, que ha tocado con su propia mano la pobreza, la miseria y el abandono que padecen enteras capas sociales en todo el continente americano. "No será un encuentro dedicado a la política internacional", aseguró Jeremy Shapiro, del instituto de estudios Brookings de Washington, quien recordó que Obama quedó impresionado y menciona con frecuencia los discursos y declaraciones de Francisco sobre la pobreza, las desigualdades sociales, contra "el ídolo dinero" y el "capitalismo salvaje", males que aquejan su país. La ciudadanía para los inmigrantes, en particular centroamericanos y sudamericanos, fue uno de los temas abordados en enero pasado por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el Vaticano.
Obama, protestante, que no solía emplear un lenguaje religioso como varios de sus predecesores, en los últimos años ha reconocido que la fe tiene un lugar importante en su vida y empezó a reincorporar el tema en sus discursos. "Me han marcado las declaraciones del Papa. No sobre un argumento en particular, sino porque es alguien que encarna las enseñanzas de Cristo", explicó Obama. "Necesita el voto católico. Corre el riesgo de perder el Senado", considera el vaticanista estadounidense John Allen.
La última vez que el presidente estadounidense estuvo en el Vaticano fue en julio del 2009 para reunirse con Benedicto XVI, el Papa que renunció en 2013 y con el que tuvo roces sobre asuntos bioéticos y la ley sobre los gastos públicos para la contracepción.
Si bien Francisco y Obama comparten la misma sensibilidad sobre algunos temas sociales, el presidente de la nación con mayor desigualdad en el mundo, según estadísticas internacionales, suele ser fuertemente criticado por sectores católicos conservadores estadounidenses.
"Estoy seguro de que el Papa concentrará su atención sobre la paz, Oriente Medio, Ucrania, sobre el hecho de hacer todo lo que sea necesario por la paz. No sé si surgirán otras cuestiones relacionadas con los temas de la vida y la familia. Espero que sea un encuentro honesto, claro y que dé frutos", aseguró a la prensa italiana el arzobispo de Filadelfia y capuchino, de origen pielroja, exponente del ala que apoya las batallas pro-vida, Charles Joseph Chaput, al evitar toda controversia.
La batalla por la paz ha sido uno los mayores éxitos alcanzados durante el breve pontificado de Francisco tras reunir millones de cristianos, musulmanes, budistas, judíos y ateos a participar en septiembre a una jornada mundial de ayuno y oración y lograr parar la intervención armada en Siria, para la que Obama buscaba aliados.
Chaput espera que el Papa acepte asistir al VIII Encuentro Mundial de las Familias, que se llevará a cabo en Filadelfia en 2015, una invitación que Obama podría cursar durante la reunión. El mandatario estadounidense, que permanecerá sólo 40 horas en Italia, se reunirá el mismo jueves con el joven jefe de Gobierno italiano, Matteo Renzi, y con el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, y reservó casi dos horas para una excepcional visita al Coliseo romano.
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