Un ambicioso film bélico ruso, parcialmente financiado por el gobierno y
se convirtió, hace un par de años, en uno de los mayores éxitos
autóctonos de taquilla.
http://vk.com/video211273689_165388529 |
Es entonces cuando comienza el juego del gato y el ratón con el enemigo, empecinado en conseguir descifrar el código radiofónico de los comandos rojos, código llamado Estrella.
El proyecto.
Los rusos no somos solo borrachos o asesinos mafiosos a sueldo, también tenemos un pasado del que sentirnos orgullosos.Así atacaba Nikolai Lebedev a la prensa extranjera cuando defendía, en rueda de prensa, su película.
Todo nacía de las críticas al film (basado en una novela de 1947 escrita por Emmanuil G. Kazakavich y ya llevada al cine en 1949) de triunfalista y nacionalista:
Si los americanos hacen epopeyas como Salvar al soldado Ryan y nadie les acusa de patrioteros, lo mismo pasa con nosotros.
Por cierto: mi película es mejor que la de Spielberg, remataba un sobrado Lebedev.
Una cuidada producción.
En una de las secuencias principales de la película, los aviones rusos bombardean un tren alemán, y, en vez de usar maquetas, la diseñadora artística construyó la estación del ferrocarril con todos los detalles.Tampoco se quiso rodar en estudios y se descartó la idea inicial de filmar en blanco y negro.
En tiempos de guerra, el cielo es todavía más azul, la hierba más verde y la sangre más rojo.
Por eso, nos olvidamos del tan utilizado monocromo de las cintas bélicas y dejamos que los colores inunden la pantalla como contraste con el negro horror de la guerra, justifica Lebedev.
No hay comentarios:
Publicar un comentario