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viernes, 19 de julio de 2013

Si a un estudiante le va bien en matemáticas, le va bien en todo

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/260/13
México, D.F., 19 de julio de 2013

  • El rechazo a esta ciencia se fomenta desde el hogar y resulta clave el grado de instrucción de padres de familia, especialmente de las madres
  • Se requiere de al menos una generación para que México logre avanzar en el ámbito de la educación, particularmente en el de las matemáticas
  • Se pueden tener cursos de matemáticas en primaria y secundaria sin mencionar un número
De la Peña informó que en México hay unos 500 matemáticos profesionales dedicados a la investigación, pero son muchos más los que enseñan a nivel secundaria y preparatoria, sin embargo el número total es aún muy bajo, por lo que urge crecer de manera significativa en este campo.
De la Peña informó que en México hay unos 500 matemáticos profesionales dedicados a la investigación, pero son muchos más los que enseñan a nivel secundaria y preparatoria, sin embargo el número total es aún muy bajo, por lo que urge crecer de manera significativa en este campo.
Foto: Diego Prado/AMC.
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Las matemáticas son una herramienta que involucra el razonamiento, más que el aprendizaje de conocimientos específicos, por lo que faculta a las personas a resolver problemas de todo tipo, incluso los de la vida cotidiana. Sin embargo y pese a los beneficios que proporcionan, existe un extendido rechazo para su aprendizaje que, para revertirlo, requiere ser atendido desde varios frentes, uno de ellos en el que los padres de familia fomentan en los niños actitudes que hacen ver a esta ciencia como difícil, fría y fea.

Esta situación coloca en una paradoja a las matemáticas en nuestro país, ya que, por otro lado, se busca darle mayor impulso y que se reconozca su relevancia en la sociedad. Estas son parte de las consideraciones que expuso el doctor José Antonio de la Peña, director del Centro de Investigaciones en Matemática, institución organizadora del Primer Congreso Matemático de las Américas, que se realizará del 5 al 9 de agosto en Guanajuato, Guanajuato.

El expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias dijo que hay muchas razones para asegurar que las matemáticas han sido y son importantes: “En primer lugar están en la base de todos los desarrollos científicos y tecnológicos, es decir, sin ellas no concebiríamos el mundo de la computación, de las telecomunicaciones, de la informática; no podríamos concebir el mundo moderno sin su uso, todas las ciencias conforme avanzan se van ´matematizando´, esto muestra su relevancia, pero lo vemos también cuando se analizan los exámenes de estudiantes de secundaria con las evaluaciones internacionales como PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes)”.

Añadió que en ese programa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se demuestra que el mejor predictor del aprovechamiento de un estudiante son las matemáticas, en promedio –dijo- si un estudiante le va bien en esa asignatura le van bien en todo y es la única materia que tiene ese efecto, por lo que se necesita que se aprendan bien.

José Antonio de la Peña expuso que el rechazo que hay de manera un poco irracional a las matemáticas, a las que se les ve como difíciles y aburridas, es efecto de que no se enseñan bien. Indicó que esta situación no solo es de México, sino que se observa en naciones como Estados Unidos y Francia, que tienen una mayor tradición en matemáticas pero también sufren en su enseñanza en los primeros años de la escuela porque igualmente a los niños no les parecen interesantes.

Un rechazo que se alimenta desde casa

¿Qué podemos hacer los padres de familia?, planteó el matemático, quien respondió que el trabajo es arduo y no hay nada que se pueda emprender a corto plazo para cambiar los resultados, al menos en las evaluaciones internacionales para el próximo año. “Dije que el primer predictor académico en el aprovechamiento de un estudiante es cómo le va en matemáticas; el mejor predictor social de cómo le va a un estudiante en la escuela es qué tanto saben sus padres, su madre en particular, el grado de educación de ésta impacta en el estudiante”.

No obstante, el director del Cimat admitió que el padre también contribuye pero lo hace en menor grado que la madre, quien tiene una influencia muy importante en el aprendizaje de los niños.

“Dicho esto, no quiere decir que la influencia de las madres sea negativa, al contrario, es positiva pero no suficientemente buena como pudiera serlo si tuvieran un mayor grado de instrucción. El hecho de que se observe pobre el nivel educativo del país es cuando se le compara con otras naciones miembros de la OCDE, el club de países desarrollados del planeta. Nuestro país simplemente está a la cabeza en América Latina. En el nivel de conocimiento de la sociedad, nuevamente en particular de las madres, también está arriba entre otros países latinoamericanos, todo depende con quiénes nos comparemos”.

Pero no ocurre así, precisó, cuando se observan las evaluaciones de la OCDE de manera general, entonces México está al final del listado, pues así como está el nivel de estudios de la población, con las mujeres pasa lo mismo, nuestro país está rezagado, son factores que van juntos.

“¿Qué vamos a hacer para conseguir que México avance en la educación? Pues necesitamos hacer que toda la población eleve su nivel educativo, que tenga más estudios, lo que podría conseguirse en 10 o 15 años más; también emprender una campaña decidida de mejora de condiciones académicas de maestros de secundaria y primaria; si logramos capacitarlos de forma adecuada podremos lograr ese cambio que queremos y necesitamos como país”, expuso.

Lectura y matemáticas, van de la mano

José Antonio de la Peña mencionó que es uno de los que se considera convencido que a nivel cerebral la comprensión del lenguaje es lo mismo que la comprensión de las matemáticas, aspectos que considera van unidos y que esto se puede ver nuevamente en las evaluaciones internacionales, en las que la calificación que obtienen los países en matemáticas es la misma que tienen en la lengua nacional, y esto, en su opinión, no es una coincidencia.

“Aprender a leer correctamente –aseguró- ayuda a las matemáticas y aprender matemáticas ayuda a la comprensión del lenguaje. Hay quienes hemos pensado que se pueden tener cursos de matemáticas en primaria y secundaria sin mencionar un número (o números), simplemente aprendiendo a resolver problemas de otra manera, como por ejemplo a través del juego como puede ser el ajedrez”, concluyó.

Fabiola Trelles Ramírez

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