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lunes, 25 de agosto de 2014

Cómo proteger del Sol al mayor telescopio espacial









































































James Webb Space Telescope’s Giant Sunshield Test Unit Unfurled
El parasol gigantesco del James Webb Space Telescope (JWST)
Hay días en que hace un calor insoportable, a pesar de la protección que
ofrece nuestra atmósfera. El calor del Sol puede llegar a ser un
problema para los observatorios espaciales, como el futuro Telescopio Espacial James Webb (JWST).



Cuando el JWST se encuentre en órbita estará expuesto a la intensa
radiación del Sol, condiciones que distan de ser ideales si se tiene en
cuenta que la mayor parte de sus instrumentos necesitan trabajar a una
temperatura muy baja, compatible con las observaciones en la banda del
infrarrojo. Para solucionar este problema, el observatorio estará
equipado con un gran parasol.
La lámina con forma de cometa que se muestra arriba es la unidad de
ensayos del parasol del JWST. La imagen fue tomada tras la primera
prueba del despliegue completo del parasol, en una sala limpia en las
instalaciones de Northrop Grumman en Redondo Beach, California, Estados
Unidos, durante la primera semana de julio de 2014.
El parasol es el componente de mayor tamaño del JWST, y ofrece una
protección extrema, dejando pasar menos de una millonésima parte de la
radiación solar incidente. A pesar de tener la misma longitud que una
cancha de tenis, es un elemento increíblemente ligero, compuesto por
cinco membranas ultra finas que se separarán y adoptarán una
configuración muy específica cuando se encuentren en el espacio. Durante
el lanzamiento el parasol permanecerá doblado como un paraguas, de
forma que quepa bajo la carena protectora del lanzador Ariane 5.
Una vez desplegado, este parasol protegerá la cara ‘fría’ del JWST, en
la que se encuentran los instrumentos infrarrojos de alta sensibilidad
que forman el Módulo Integrado de Instrumentos Científicos. Este mecanismo permitirá mantener un entorno térmicamente estable a una temperatura de -233°C.
El diseño del parasol hace posible alcanzar estas temperaturas tan bajas
de forma pasiva, radiando el exceso de calor hacia el espacio, sin
necesidad de utilizar ningún tipo de sistema de refrigeración. Sólo uno
de los instrumentos del JWST, el Instrumento para el Infrarrojo Medio
(MIRI), está equipado con un sistema criogénico para mantener su
temperatura a -266°C. El satélite cuenta con una barrera térmica que
permite que los sistemas electrónicos instalados en la cara ‘caliente’
del JWST puedan operar a temperatura ambiente.
Al contrario que su predecesor, el Telescopio Espacial Hubble, el JWST
no tiene una visera que proteja a sus instrumentos de la luz no deseada;
como consecuencia el parasol debe desempeñar una función todavía más
importante, para garantizar que el JWST opera en el punto óptimo para
las observaciones en la banda del infrarrojo cercano.
El JWST, un proyecto de colaboración internacional en el que participan
la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, será el observatorio
espacial más potente jamás construido.




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